El Acceso al Conocimiento Libre permite rescatar y reconocer los aspectos trascendentales que sostienen la naturaleza liberadora del conocimiento. Ello implica cuestionar algunos paradigmas que lo conciben como un poderoso instrumento al servicio de la generación de capital.

Entre estos paradigmas se encuentra la “Economía del Conocimiento” que promueve el desenvolvimiento de un mercado donde el bien más preciado de cambio y consumo es el conocimiento. Para lograr esto, esta economía reduce su acceso. El conocimiento por naturaleza es un bien público que, una vez generado, debe ser libremente transferido y apropiado.

La lógica económica tradicional, en su forma de administrar los saberes, plantea modos de acumulación, circulación y distribución del conocimiento que le van otorgando mayor valor agregado, lo cual implica la creación de barreras para acceder a él. De esta manera, el desarrollo científico y tecnológico se ve determinado por una “demanda” de conocimiento formulada desde los grandes centros de poder que lo gestionan en el ámbito internacional, y que procuran modos de privatizarlo en función de los beneficios de una élite

Es fundamental que el conocimiento se conciba como un bien intangible que pertenece a la humanidad y que constituye un medio para el ejercicio de la soberanía popular y el desarrollo humano integral y, de esta forma, romper con los paradigmas establecidos.

El conocimiento debe entenderse como una construcción colectiva que enriquece la diversidad cognitiva, espiritual y cultural de los pueblos, por lo que se debe estructurar e implementar mecanismos que contrarresten el esquema del sistema actual y a la vez preserven la condición del conocimiento como un bien de carácter público.

El acceso al conocimiento libre pretende reconocer, incentivar y estimular la generación, acceso, uso, transferencia, socialización y replicación de conocimientos y saberes, para consagrar el carácter colectivo y soberano de cada uno de ellos.

El conocimiento crece cuando se comparte!